Recuerdo de pequeña como mi abuela materna se acercaba a comprarla por la noche.
En cuanto escuchaba tocar el claxón, solía salir conmigo de la mano, ya que me encantaba acompañarla. Allí nos encontrábamos casi todos los vecinos de la calle para comprar la leche.
El lechero nos llenaba los cazos que llevábamos. Al llegar a la casa lo primero que hacia mi abuela era hervirla, para poderla tomar después de la cena.
Cuanto recuerdo aquellos años de mi infancia junto a mis abuelos. Parece que fue ayer.
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